Estando triste, seguro
mi voluntad reposaba,
cuando escalaron el muro
do mi voluntad estaba.
A escala vista subieron
vuestra beldad y mesura,
y tan de recio hirieron,
que vendieron mi cordura.
Luego todos mis sentidos
huyeron a lo más fuerte,
más iban ya mal heridos
con sendas llagas de muerte;
y mi libertad quedó
en vuestro poder cautiva;
más gran placer tuve yo
desde que supe que era viva.
Mis ojos fueron traidores,
ellos fueron consistientes,
ellos fueron causadores
que entrasen aquellas gentes
que el atalaya ténian,
y nunca dijeron nada
de la batalla que veián,
ni hicieron ahumada.
Después que hubieron entrado,
aquellos escaladores
abrieron el mi costado
y entraron vuestros amores;
y mi firmeza tomaron,
y mi corazón prendieron,
y mis sentidos robaron,
y a mí sólo no quisieron.
¡ Qué gran aleve hicieron
mis ojos y qué traición:
por una vista que os vieron,
venderos mi corazón !
Pues traición tan conocida
ya les placía hacer,
vendieran mi triste vida
y hubiera de ello placer;
más al mal que cometierón
no tienen excusación:
Por una vista que os vieron,
venderos mi corazón.
JORGE MANRIQUE
GARCILASO DE LA VEGA
POESIA SELECTA
1 comentario:
OJALA QUE LES GUSTE EL CONTENIDO,LO HE PUESTO PORQUE ES LA VERDAD
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